lunes, 5 de mayo de 2008

Volverán los barcos a la mar y los astilleros a astillar

Volverán los barcos a la mar y los astilleros a astillar

Cuando vuelvan quiero que me acerques al hierro de los ejes;
al maiz del almacén clandestino que tiñe de alimentación la droga que llevas en la cintura.
Cuando vuelvan me arrancaré por bulerías con
la botella contra el corcho
y la boca contra la copa
para volver a barnizar las palabras de sal gorda que me dan de lo tuyo.
El trabajo y la madera;
de una son fuertes como los Pirineos
y grandes como las sábanas que se usan para zarpar a la mar.
Las zarpas, las manos, las piernas y los aviones mueven cosas
y los buitres mueven carroña
y los elefantes elefantean en un carrousel de vientos
que alumbran las sábanas que se usan para zarpar a la mar.
Me amarro cuanto puedo para no soplar los centauros del desierto
que cultivan el polvo, la sal y las piedras
que darán con nosotros allá en la costa
donde acaba Bilbao, los puentes de hormigón armado
y el hierro verde.



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